Cambios tecnológicos en el Planetario para 2010

martes, 17 de noviembre de 2009

Hace 400 años un hombre, Galileo Galilei, dirigió al cielo el primer instrumento óptico, un telescopio, con el que fue capaz de observar los cráteres de la luna. Para conmemorar esa fecha, la UNESCO declaró al 2009 Año Internacional de la Astronomía. En línea con este designación, el Planetario de la Ciudad de Buenos Aires (llamado igual que el físico italiano) impulsó actividades con el fin de difundir esa ciencia. Para evualuarlas, Ciudad 2.0 entrevistó a la directora del edificio-museo, Lucía Sendón de Valery, quien además en septiembre cumplió un año al frente del Planetario.
“El 2009 ha sido muy fructífero para la astronomía ya que significó un impulso muy interesante para esta ciencia y se logró instalar el tema en toda la gente”, valora Sendón de Valery.
¿Cuál es la evaluación que hace usted sobre las actividades del Planetario?
Creo que ha sido muy positivo. Nosotros multiplicamos nuestras actividades a razón del Año de la Astronomía. Hicimos observaciones, salidas nocturnas, espectáculos y conferencias. Por otra parte la demanda del público fue muy grande.
¿A qué le atribuye el interés que tiene la gente sobre la ciencia de los astros?
La astronomía despierta curiosidad y misterio. Es una ciencia que tiene que ver con nuestra posición en el universo y nuestro lugar en él. Además, la difusión de la elección de la UNESCO para 2009 hizo que el tema se pusiera en el tapete. Por eso tanta gente se ha acercado al Planetario.
Coincidentemente estos meses corresponden a su primer año en la dirección del Planetario, ¿cuál es su autoevaluación?
Mi evaluación es altamente positiva. Yo estoy en el Planetario desde hace 35 años y el hecho de haber llegado a la dirección para mí es un logro muy importante, es la culminación de mi carrera, un sueño acariciado desde hace largo tiempo. Aunque también es una gran responsabilidad. Este lugar es muy especial, hace que los que estamos aquí trabajemos con pasión. No importan los sueldos, importa la labor.
¿Cuál será el eje de trabajo para el año que viene?
Este es un momento bisagra en la historia del Planetario. A raíz del Bicentenario, este lugar fue elegido como uno de los íconos de la Ciudad. Entonces va a realizarse un cambio tecnológico muy importante. El año que viene vamos a tener equipamiento de última generación que va a complementar el que ya tenemos, a la vez que van a realizarse obras como la renovación de la cúpula interna y las butacas, de la sala de proyección... El Planetario va a reposicionarse a través de esta modernización que va a tener.
Aún desconocemos la fecha en la que comienzan las obras, pero suponemos que será en el verano. Dependemos de la llegada de los nuevos equipos que vienen del exterior.
El 20 de noviembre es para la ONU el día Universal del Niño. ¿Qué actividades propondrá esta vez el Planetario?
Daremos una función gratuita para chicos que vienen de distintos hogares o villas. Es una función especial para ellos. También el 21 de noviembre será la Noche de los Niños, donde los chicos carenciados van a poder mirar por los telescopios y ser espectadores de una función especial para ellos sin tener que pagar. La idea nuestra es que el Planetario sea accesible para todos.

Fotos: Cecilia Bona

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No hay ciudad sin poesía

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lanzó un campaña llamada "No hay ciudad sin poesía" dónde, por medio de afiches en la vía pública, citó textos de escritores y poetas Argentinos que le dedicaron páginas a ésta ciudad.

Nosotros hacemos nuestro aporte:

MILONGA, Oliverio Girondo

Sobre las mesas, botellas decapitadas de “champagne” con
corbatas blancas de payaso, baldes de níquel que trasuntan
enflaquecidos brazos y espaldas de “cocottes”.
El bandoneón canta con esperesos de gusano baboso, contradice el pelo rojo de la alfombra, imanta los pezones, los pubis y las puntas de los zapatos.
Machos que se quiebran en cuarto ritual, la cabeza hundida
entre los hombros, la jeta hinchada de palabras soeces.
Hembras con las ancas nerviosas, un poquito de espuma
en las axilas, y los ojos demasiado aceitados.
De pronto se oye un fracaso de cristales. Las mesas dan
un corcovo y pegan cuatro patadas en el aire. Un enorme espejo se derrumba con las columnas y la gente que tenía
dentro; Mientras entre un oleaje de brazos y de espaldas estallan las trompadas, como una rueda de cohetes de bengala.
Junto con el vigilante, entra la aurora vestida de violeta.

Bueno Aires, octubre, 1921

Noticias de Portal del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires

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