¿El fin de la UCEP?
viernes, 13 de noviembre de 2009
Todo parece indicar que la incoherencia se transformó en constante entre los funcionarios del actual Gobierno de la Ciudad. Tras casi dos años de gestión, pocos son los que todavía escapan a esta tendencia y cada vez más los que desdicen lo dicho en reiteradas ocasiones.
Si bien desde su asunción el ministro de Ambiente y Espacio Público, Juan Pablo Piccardo, pelea por uno de los primeros puestos en el ranking de funcionarios poco coherentes –junto con el jefe de Gabinete de Ministros, Horacio Rodríguez Larreta, y superado por el mismísimo jefe de Gobierno, Mauricio Macri- durante el último mes parece haber alcanzado su pico más alto en la materia.
Pese a haber negado ante los medios y en reiteradas ocasiones el violento accionar de la Unidad de Control del Espacio Público (UCEP), la semana pasada y sin dar ningún tipo de explicación, Piccardo anunció la desarticulación de esta agrupación y el traslado de la problemática de personas sin techo al ministerio de Desarrollo Social.
La decisión fue tomada inesperadamente a pocos días de que la Justicia allanara las oficinas de la UCEP y luego de concretarse una reunión entre Piccardo y la Defensora del Pueblo de la Ciudad, Alicia Pierini, quien aseguró que "la indigencia es un tema del área social aunque su consecuencia sea la ocupación de calle, veredas o plazas".
Sin embargo, tal como informó Ciudad2puntocero, desde su nacimiento hace poco más de un año, la UCEP había sido cuestionada por organismos de derechos humanos, legisladores de la oposición e, incluso, por los mismos vecinos de la Ciudad, que reclamaban su disolución.
Para la diputada Liliana Parada “la defensoría no puede ignorar que el carácter de la UCEP es el de una fuerza de choque paraestatal y, por ende, este supuesto desmantelamiento nada cambia. Es preciso recordar que el Ministerio de Desarrollo Social realiza las tareas previas de inteligencia y notifica la cantidad de familias en situación de calle, de manera informal, al aparato de inteligencia de la Ciudad”.
Todo parece indicar que, nuevamente, el Gobierno eligió deshacer sus pasos y, despacito y en silencio, intentar que el violento accionar de la UCEP caiga en el olvido junto con otros tantos asuntos cuestionados durante los últimos meses. Mientras tanto, y lejos de aplicar la política diálogo y transparencia que ellos mismos reclaman, todos parecen rehuir a las preguntas de la prensa referidas a este tema.
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