¿Es útil la nueva ley porteña para mejorar el medio ambiente?

En pleno debate mundial sobre qué medidas adoptar para frenar el calentamiento global, la Legislatura sancionó una ley que tiene como principal objetivo disminuir la emisión de dióxido de carbono y ahorrar energía en la Ciudad de Buenos Aires.

Si bien a primeras luces resulta ser muy bueno, la medida alcanzará tan sólo a “las dependencias del Gobierno de la Ciudad, construcciones proyectadas por éste, la iluminación del espacio público, la semaforización y a las compras y contrataciones públicas”, según un comunicado de la Legislatura porteña. Además, en otro de los puntos de la ley, se establecen plazos de tres, cinco y diez años para revisar los resultados.
El especialista en medio ambiente y presidente de FUNAM, Raúl Montenegro, considera que “es una medida coherente, pero de escaso impacto práctico. Es decir, es más útil para mostrar que se está haciendo algo, que una medida para producir soluciones importantes”.
La ley, iniciativa de los diputados del PRO Marta Varela y Fernando De Andreis, tiene un espacio muy acotado de aplicación como para que la medida consiga el efecto propuesto: contribuir a la mejora del medio ambiente.
El especialista del FUNAM hace un llamado de atención y expresa: “En el caso de argentina, el control de la emisión de los gases que provocan el efecto invernadero no es en ningún caso la prioridad número uno”.
Para Montenegro, “concentrar los esfuerzos en medidas cosméticas resulta desproporcionado” ya que “lo que es clave en nuestro país es promover el cambio del uso del suelo. En las ciudades, la prioridad es aumentar de forma dramática el espacio verde”.
Mucho ruido, pocas nueces. Es necesario adoptar medidas para controlar el nivel de contaminación de la Ciudad, pero éstas deben ser lo suficientemente importantes para que surtan efecto y sólo funcionar para mejorar la imagen positiva de un gobierno.

Efecto Invernadero - Calentamiento Global from Luciano on Vimeo.